TEMPORADA DE CAZA DE BUENA LITERATURA

En ocasiones, la buena literatura, viene en dosis pequeñas.


Así se puede considerar Temporada de caza para el león negro, del escritor mexicano Tryno Maldonado. Su obra es un artefacto narrativo en toda regla.


En esta su segunda novela, relata la historia de Golo, la joven promesa del arte mexicano que, de la noche a la mañana, es encumbrado como cabeza de una nueva generación de pintores destinados a revitalizar el mercado artístico. Hermoso, impredecible, sucio y adicto a todo tipo de vicios (entre los que destaca de manera sobrenatural el sexo), Golo goza de una vida breve pero muy intensa, que trae de cabeza a uno de sus amantes, que actúa como narrador. 


Así pues, conviene anunciar en primera instancia, que con este breve texto fragmentado en torno a un «enfant terrible del arte», (asunto de ultimísima actualidad: la perversión de su mercado y la influencia desmedida del aparato mediático), Tryno Maldonado logra uno de los desafíos más importantes al que todo novelista de calibre ha de hacer frente, es decir, empatizar con el lector. Nos presenta en su ópera prima, a un virtuoso plástico, un pintor,  que sin más estudios que la secundaria, se convirtió en un “reconocido artista” inflado por los galeristas y los especuladores del arte. Ha creado un personaje que deja en evidencia sus manías y obsesiones. Una persona muy vital, que sale de las páginas del libro.


Sabemos en este sentido, que el personaje principal de Temporada de caza para el león negro, Golo, daba más la impresión de ser un niño, que de ser quien era realmente. Es un personaje lleno de contradicciones. Vive por y para el sexo, es su fuente de escape, en la sociedad que le ha tocado vivir. ¿Quién no se ha curado una pena de amor con una buena dosis de sexo? Pues eso viene a ser lo deja bien claro el protagonista de esta novela

Igualmente, en un personaje irrespetuoso, feroz, vividor, que cae mal y bien a la vez.

Genio donde los haya de la pintura, pero que no sabe apenas decir unas palabras en publico. Su día se basa en unas cuantas acciones contadas: pintura, sexo y drogas.

Pese a eso, su carrera como artista asciende vertiginosamente y sus cuadros comienzan a ser transados por mucho dinero. Aunque, más temprano que tarde, aquel desenfrenado estilo de vida que lleva terminará por pasarle la cuenta.


Es claramente el prototipo de un vividor. Goza la vida y el arte. Es un pintor atípico a los habituales de las galerías. Su amante gay de turno (el narrador del relato) nos cuenta en primera persona las peripecias y aventuras y el día a día de la relación con Golo. Los episodios de la cortísima vida del protagonista, se cuentan enlazando varias historias a la vez. Sus obsesiones, sus manías…son descritas en varias ocasiones por el narrador como si de un diario personal se tratase.


El personaje es cínico, envidia a sus colegas creativos porque él apenas tiene estudios —«en su vida había leído un libro», se dice—, y jamás salió de su ciudad; todo ello sin dejar de ser nunca un icono de su tiempo.


Para mí entender,  Golo puede ser la expresión del American Dream, frente a esos otros niños de papá que lideran el arte contemporáneo. Asimismo (siguiendo con lo anterior), es un claro pisotón al superego o código normador del lector virtual. Con esto vengo a decir, que hoy sigue siendo la literatura un circuito endogámico, donde hay cabida para infinidad de universitarios pequeño burgueses, nada que ver con el espíritu lumpen de Golo.


De la misma manera, representa el prototipo de un “hippie” mediático. Un loco devastado por las drogas y los excesos del mercado. Observamos claramente como su cabeza le lleva a comer “fast food” hasta reventar («Vomitaba todo y empezaba de cero»).


Conjuntamente a todo lo que he expresado anteriormente, Golo puede ser todo lo anterior y nada de lo anterior.


De igual modo, la pareja de la historia, parecen personajes desarrollados por algún publicista. Varios pasajes de Temporada de caza para el león negro, añaden sutilísimas marcas comerciales y modos de vida modernos que representa ese universo “cool ”. Piénsese en detalles tales como, que jamás cambia sus tenis Converse o los calzones Calvin Klein que se los había regalado Vanina y que siempre usaba. 
Encuentra ideas para sus proyectos en revistas de tendencias, y su éxito radica, sobre todo,  en ese personaje que a sí mismo se crea. (Como la historia del Cubo de Ernö Rubik en rojo: cómo llega a convertirse en una de sus más populares obras —sospecho— tras esa simpática historia en la que decide aplicar una mano de pintura roja, por su incapacidad para hallar resolución al problema.) 

Ahora bien, Maldonado es sensato a la hora de ver el riesgo que entraña abrazar un registro de referencias provenientes de la cultura pop. Queda atrincherado en un área prudencial; apenas dos o tres apelaciones a celebérrimas marcas registradas presentes en nuestro día a día, son suficientes para erigir su texto como pieza netamente contemporánea, sin por ello, condenarlo a la caducidad inmediata.


La estructura de Temporada de caza para el león negro resulta bastante peculiar, pues la novela se compone de breves capítulos de dos líneas y otros que se extienden por tres páginas. Tryno Maldonado articula una novela dividida en 99 apartados. A ratos, la narración se atasca en un formato fraccionado y algo repetitivo que me ha llamado mucho la atención. Enlaza una historia desde varias ramas. La novela es como un círculo vicioso, que se cierra con una frase que ocupa varias páginas de la novela: “Quise a Golo. Pero no me pregunten por qué”. Es una espiral que va ascendiendo, que de repente regresa cronológicamente y luego avanza mucho. La voz narradora está estructurada por bloques muy cortos, con un ritmo muy marcado.


Pero cuando la historia fluye y se enfoca en las diversas anécdotas que rodean a Golo, Temporada de caza para el león negro alcanza un vuelo interesante y entretenido.


La historia  funciona como una mordaz crítica a un elitista y confundido mercado, y también como reflejo de un modo de vida salvaje, arriesgado y frenético, en una espiral sin salida.

Entre sus páginas se desprenden, ciertas dosis de humor y pasión a raudales.

Otro dato que cabe destacar es que no contiene ningún tipo de ilustraciones.

La lectura está dirigida a un amplio abanico de público, aunque especialmente a jóvenes y que conocen el mundo moderno que les ha tocado vivir y todos sus entramados.


E insisto una vez más. Rasgo encomiable en Temporada de caza para el león negro: su clara disposición a los dobles sentidos, que sea el lector quien termine de configurar una hipotética lectura ideológica o cultural de la novela.  (Recojo una cita del maestro Maupassant que vendría a decir lo siguiente: «Los grandes escritores no se han preocupado ni de moral ni de castidad [...] Si un libro contiene una enseñanza, debe ser a pesar de su autor, por la fuerza misma de los hechos que cuenta.»).


Demuestra esta idea, la huída apresurada del lugar común; el hecho de que Golo no sea exactamente proyección del nihilismo atribuido a los jóvenes contemporáneos (semejante cerebro fundido por la videoconsola), sino que justo en la mitad del libro tiene lugar ese punto de inflexión, en el cual abandona el hedonismo desmedido, los ratos muertos frente a la Atari o durmiendo, y el sexo infinito con el narrador. Y se afana en su trabajo desesperadamente, sin tiempo para cambiarse de ropa o bañarse. Por otro lado, nos describe un personaje muy vital.


Todo un acierto, pues, la estrategia del autor, que nos invita a leer Temporada de caza… como un documento visceralmente atractivo, y que, ya en la relectura asombra por la meticulosidad con que Maldonado experimenta, seduce y dialoga con el espectador. No se lo pierdan.


FICHA TÉCNICA

Título: TEMPORADA DE CAZA PARA EL LEÓN NEGRO

Autor: Maldonado, Tryno

Editorial: Anagrama

Colección: Narrativas Hispánicas; Diseño de la colección: Julio Vivas y Estudio A.

1ª Edición: Barcelona, Febrero 2009

Nº de Páginas: 124

ISBN: 978-84-339-7186-9

Precio: 13€

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Powered by Blogger