Según la definición de paraguas, este es un objeto para guarecerse de la lluvia. Está formado por una superficie cóncava desplegable de plástico u otro material semejante, sujeta a una estructura de varillas dispuestas alrededor de un eje central terminado en un mango adecuado para llevarlo con una mano. Las varillas permiten que cuando no llueve o en un lugar protegido sea posible cerrarlo para andar con comodidad. Un paraguas clásico cerrado puede servir de bastón, aunque no por su corto tamaño la versión "de bolsillo", que tiene varillas que se pliegan por dos (ó más) sitios.
Nosotros queremos ver más allá de lo que entendemos por paraguas. Queremos darle la vuelta, darle otra utilidad…sacar lo creativo de un paraguas.
Una idea que podemos asociar a un paraguas es la de cuidar tu espacio vital.
Había una vez un paraguas que decidió recorrer caminos y calles, estaba harto de estar estancado en un paragüero, de ver como el sol hacía que se postrara durante semanas sin moverse de su sitio.
Un día (por fin lluvioso) su dueña lo sacó a la calle. Y parece ser que la suerte estaba de su lado. Hacía un viento increíble aquel día en la calle Preciados de Madrid. Tan solo unos 5 minutos después, el viento lo arrastró y comenzó a volar. ¿Hacía donde le llevaría aquel inmenso y fuerte viento?
La Catedral de Santiago de Compostela asomaba a sus espaldas. Decenas de peregrinos intentaban alcanzarlo para protegerse de la lluvia. Observó que en aquella ciudad iba a tener mucho trabajo y cogió fuerzas y se alzó alto muy alto, hasta donde las fuerzas le llegaron. De repente apareció en Malta. La gente no lo quería para protegerse de la lluvia, sino del sol. Y él, que era un paraguas apuesto y presumido y de madera maciza, decidió seguir recorriendo el cielo en busca de otro lugar. No quería que la madera perdiera su color. Ya cansado, tras varios días vagando por el mundo, decidió echarse al mar y dejar que las olas lo arrastrarán en forma de barca. Cual fue su sorpresa que regreso a su país, y acabó en Valencia.
Ese lugar era perfecto. Había un clima Mediterráneo perfecto para no trabajar mucho y a su vez, no aburrirse demasiado. Por lo que, decidió apoyarse bajo la sombra de un árbol.
Dicen, que el paraguas se ha hecho amigo del árbol y que juntos intentan hacerse la vida un poco mas divertida, pero sin trabajar demasiado. Asíque, fíjate en todos los árboles de Valencia, no vaya a ser que en uno de ellos este apoyado un paraguas.
0 comentarios:
Publicar un comentario