Esta semana, nuestro profesor nos pedía algo realmente curioso: traer un objeto imposible a clase y saber algo más acerca de ellos.
Yo llegué a casa, y me paré a pensar. Consistía en que cada uno inventáramos o buscásemos un objeto, que por su material, uso o constitución, fuera imposible.
Lo imposible puede llegar a ser frustrante, porque el no conseguir nuestro objetivo puede hacer que nos decepcionemos. Pero, ¿Quién dijo que la creatividad fuera fácil? Sólo hay que encontrar una alternativa, y buscarla, también es ser creativo.
Fueron explicados decenas de trabajos, pero algunos se quedaron sin poder descubrirse: el perfume del que por su boquilla no salía nada, un bolígrafo con tapas imposibles de abrir…
Trasteando por la red, he encontrado unos cuantos bastante curiosos:
NADA es imposible, aunque podamos verlo totalmente.
Por otro lado, a parte del objeto imposible, hemos tenido que pensar en un objeto original. Al no ser de Madrid, estoy compartiendo piso con otros estudiantes y la mayoría de mis cosas las tengo en mi casa. Llegué a mi habitación de la calle Valdesangil, y observé todo lo que tenía a mí alrededor.
¡Lo tengo!- exclamé.
Imaginaros, un bote enorme de cristal. De fondo la foto de Playa de Ajo (Cantabria) que ha supuesto un lugar importante en mi vida. En el fondo del bote, arena de color marrón y arena de color azul (que simboliza el mar).
0 comentarios:
Publicar un comentario